El ahorro, como estrategia para cubrir gastos o inversiones futuras, es una disciplina difícil, particularmente cuando los ingresos individuales o familiares son limitados.
El ahorro suele acarrear sacrificios, pero todo esfuerzo se ve recompensado con la tranquilidad que ofrece la oportunidad de atender esas eventuales necesidades, sin alterar el curso de una economía familiar sana.
Como disciplina que es, la práctica del ahorro depende de la administración adecuada del ingreso familiar, y aunque a algunos les parezca una tarea difícil de lograr, van a poder lograrlo, si siguen algunos consejos propios de la teoría económica:
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La realidad económica:
Al iniciar un plan de ahorro se debe tener claridad sobre la realidad objetiva lo relacionado con los ingresos y los gastos (en consumo y pago de obligaciones) presentes y futuros. Si el balance no es favorable, se requiere la implementación de un plan para lograr el equilibrio.
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Categorizar los gastos:
Todos los gastos –inclusive los que parezcan más insignificantes- deben registrarse y clasificarse digital o físicamente. Es la mejor alternativa confeccionar un presupuesto en el que se definan las prioridades. El ahorro no sólo implica guardar dinero; también evitar gastos innecesarios.
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Cumplir lo presupuestado:
En la ejecución del presupuesto es posible que vayan apareciendo excusas para cumplir lo programado. Entender que el porcentaje del ingreso destinado al ahorro debe entenderse como un “gasto” fijo e ineludible. Es una faceta de la disciplina difícil de cumplir, pero la apertura de una cuenta de ahorros la facilita y motiva.
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Defina sus metas:
Sin metas definidas, el esfuerzo puede conducir hacia la frustración. Por ello es importante un rango de metas progresivo. Una vez cumplida una o varias pequeñas metas se puede aspirar a lograr otras mayores.
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Reserva para emergencias:
Conforme se van cumpliendo las metas, el ahorro va generando más intereses. Es la ocasión para crear un fondo de emergencia que sólo se le deberá utilizar en caso de necesidad.
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Controle las deudas:
Si el dinero ahorrado está comprometido, de poco habrá valido el esfuerzo. No significa que no contraiga deudas (los créditos son instrumentos creados para dar soluciones económicas) sino que mantenga un plan de amortización de deudas ajustado a su presupuesto de ingresos y gastos.
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Invierta su dinero:
Deposite el dinero ahorrado y los excedentes en un plan de inversión, como puede ser un depósito a plazo fijo. Pero no corra riesgos; asegúrese de hacer la inversión en una entidad financiera de trayectoria, solidez y confianza.
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Inculque la cultura:
El ahorro es una iniciativa cultural que tanto exige disciplina a los jefes de familia como a los otros miembros. De poco sirve el sacrificio de los generadores de ingresos, si no hay un estímulo y un compromiso de toda la familia para evitar gastos.
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